Uno de los temas más debatidos actualmente es la moda sostenible. ¿Qué es el upcycling? ¿Cómo saber si somos responsables y conscientes de la ropa que usamos? ¿Qué son todos estos movimientos actuales que exigen una reflexión de nuestro consumo? Pues bien, dando respuesta a algunas de las incógnitas mencionadas con anterioridad habría que remontarnos algunos años atrás. La moda sostenible utilizada actualmente por millones de diseñadores es el resultado de ciudadanos preocupados por la sociedad y sus medidas de consumo.
La ropa que usamos todos los días es usada por millones de culturas en diferentes países y bajo distintos contextos políticos, sociales y culturales, desde hace algunos años la moda dejo de ser accesible únicamente para las clases sociales altas como la burguesía o la realeza y aunque hoy en día no todas las personas tienen garantizado el derecho a la vestimenta la mayoría de las personas tenemos acceso a ella. Esto comenzó con la fabricación de telas mas baratas y por consecuencia precios menos elevados, vestidos de papel en los años 60 que dependiendo el uso y cuidado equivalía a la cantidad de veces que te lo podrías poner. Aunque parezca poco creíble, vestidos con estampados fueron inicialmente hechos por una compañía de papel higiénico para que diferentes clases sociales pudieran acercarse a las clases altas, el resto de la sociedad necesitaba formar una identidad, buscaban el derecho a ella y las prendas usadas en ese entonces fueron una manera más de decir “mírenme, existo más allá de un empleo”. No es novedad lo mucho que el capitalismo impacta a la moda y era justamente lo que se buscaba en esos tiempos e inclusive ahora, el hecho de buscar tantas alternativas para que las personas pudieran formar parte de tendencias gracias a la necesidad psicológica de pertenencia. Desde movimientos rebeldes como el punk, el upcycling se hizo notar dándole una segunda vida a las prendas, sin embargo, ¿Hoy en día todo eso aún sucede? El fast fashion amenaza a gran escala el planeta. Hay factores por los que sucede esto, el principal es el capitalismo. La moda ocupa un nivel económico importante, impulsa el crecimiento económico y ello conlleva un aumento de producción e ingresos para los monopolios que se dedican a la creación de prendas. Mientras más barata, mas accesible y por ende más desechable. No es sorpresa la gran cantidad de ropa que se produce al día y que esto va a la par con la ropa que es desechada.
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La globalización trajo consigo un aumento de la demanda en varios productos y con ello empresas que buscan cubrir las mismas. La oferta se basa en un análisis del mercado y la creación de prendas mínimamente una vez al mes sin contar la producción diaria de las mismas en fábricas clandestinas las cuales tienen trabajadores, si es que así se les puede llamar en horarios laborales de 8 a 16 horas, con espacios poco higiénicos. Además de que optan por mano de obra barata (se conoce como mano de obra barata aquella que acepta trabajos a cambio de pagos y salarios muy bajos) generalmente se usan a mujeres y niños para estos puestos. Uno de los eventos más impactantes y de los que poco se ha hablado es el ocurrido durante el sismo de septiembre en México, grupos de costureras murieron aplastadas a los pocos minutos de iniciar su jornada laboral.
Esta desgracia es conocida como “Las costureras del 85” ¿Cuándo habrá trabajos dignos en la industria textil y salarios que sean coherentes con sus jornadas laborales?
Según un artículo de la UNAM se hace mención a lo siguiente:
Por si esto fuera poco, está el tema de los salarios. Dana Thomas, periodista estadounidense especializada en moda y cultura, estima que a una persona se le pagan apenas unos cuatro pesos por confeccionar una prenda de $400.
La moda rápida es una industria de 35 000 millones de dólares anuales que se reparte de manera escandalosamente inequitativa: en 2017 la revista Forbes estimó que una costurera tarda casi dos años en ganar lo que un director gana en dos horas.
Ahora está claro que la exigencia en fabricación de prendas con respecto a las empresas y monopolios debe ser más constante; suponiendo que vivimos en un mundo donde todas y cada una de las empresas son responsables con su producción ¿Qué sigue? La respuesta se puede simplificar en “una sociedad dispuesta a responsabilizarse con su consumo.” Hoy en día tenemos la alternativa de la moda sostenible; así como reciclar, reutilizar, ahorrar energía y otras acciones que minimizan el desgaste ambiental ser conscientes de nuestras compras causará el mismo impacto, así es, esto también aplica en la moda. El fast fashion no es consecuencia solamente de las marcas, porque claro quienes consumimos somos los ciudadanos. Ahora que cuentas con la información de los efectos causados por el fast fashion ¿Qué puedes hacer al respecto? Pues bien, usar las cuatro “R” es una clave para todo ello. Reduce cuestionándote cada que hagas compras si realmente son necesarias, también puedes considerar tener “básicos” en tu guardarropa. Reutiliza generando una segunda vida a ropa de familiares, amigos, o conocidos. Recicla usando tu creatividad para reparar ropa y recuperarla. Los mbazares, las pacas y en general la ropa de segunda mano siempre estará esperando por ti.
Desde hace tiempo, la industria de la moda enfrenta una problemática seria acerca de la sobreproducción y sobre consumo de moda nos genera el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la disminución de recursos naturales, la explotación laboral y la contaminación de los mares con químicos peligrosos entre otros. En Latinoamérica la mayoría de las personas consume en tiendas de moda rápida por su nivel socioeconómico de clase baja en donde no es razonable pensar que se consuman marcas de moda lenta debido a que no es posible que la mayoría de la gente cambie su calidad de vida a una que sea más vulnerable, pero, lo que sí es posible realizar para reducir la contaminación de la industria es adaptar una vida más sostenible al estilo de cada uno, y replantearse cuando se compre ropa ¿qué prendas voy a comprar? ¿para qué lo voy a usar? ¿cuántas veces lo utilizare?, ¿la calidad de la tela es buena? ¿cuál su precio? ¿en qué lugar voy a comprar? entre otras variables posibles a tomar acción.
La moda sostenible es producto de una sociedad con valores, formar parte de ella es darle una nueva oportunidad a nuestras prendas y a nuestra personalidad. Significa abogar por los salarios justos, los trabajos dignos y la sustentabilidad.
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